Más de 2.000 científicos de 82 países diferentes participan en la elaboración del censo marino, que facilita información a distintos organismos con el objetivo de proteger especies más vulnerables del océano. La pesca y otras actividades humanas han provocado la desaparición de miles de especies y muchas otras se encuentran amenazadas.
Entre los nuevos habitantes que se han descubierto en los últimos diez años se encuentran llamativos y extraños ejemplares, algunos de estos producen sustancias que pueden ser utilizadas para tratamientos médicos.
La iniciativa comenzó en 2000 y se completará este año y cuenta con un presupuesto de unos 500 millones de dólares.
La organización explica en su página web que cuando se comenzó el censo tan sólo estaban documentadas 250.000 especies de los millones que se estima que viven en el océano. Para la oceanógrafa Sylvia Earle, el trabajo marca una década potente de exploración.