Con el fin de evitar riesgos para la salud, el Gobierno de Brasil prohibió el uso de los aparatos de bronceado artificial con fines estéticos. Esta actitud ha provocado críticas de dueños de establecimientos de estética y de clientes, ya que a partir de ahora solo se podrán emplear estos aparatos con fines terapéuticos, por el ejemplo para el tratamiento de enfermedades como vitiligo, micosis y psoriasis, pero con seguimiento médico.
De acuerdo con la resolución publicada este miércoles en el Diario Oficial de la Unión, las clínicas que continúen ofreciendo el servicio podrán ser sancionadas con multas de hasta 1,5 millones de reales (unos 872.100 dólares). Al parecer en Brasil hay en funcionamiento 5.000 aparatos de bronceado artificial, la mayoría de ellos en el sureño estado de Río Grande do Sul, el menos soleado del país.
Se ha demostrado que estos aparatos son una de las causas del cáncer a la piel por los excesos de los rayos ultravioletas y el Brasil es el país del mundo que prohíbe esos aparatos después de que hace tres meses un organismo vinculado a la Organización Mundial de la Salud alertara sobre ellos.
La Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (Iarc, por sus siglas en inglés) denunció que de acuerdo con sus estudios, la práctica de bronceado artificial puede aumentar en 75 por ciento el riesgo de cáncer de piel en personas de 35 años o menos.