Un estudio emitido por la revista Science, informó que el cáncer que padecen los demonios de Tasmania y amenaza con extinguirlos se contagia por medio del contacto físico y se producen en unas células de un tipo especial.
Este marsupial carnívoro se consideraba una amenaza para el ganado por lo cual fue blanco de cazadores hasta 1941, año en que el gobierno de Tasmania, estado de Australia, detuvo su extinción.
Ahora su sobrevivencia no depende de los cazadores sino del cáncer facial que podría poner fin a la existencia de este animal en los próximos 40 años. Este cáncer se caracteriza por la aparición de tumores en el hocico y en la cara los cuales se expanden luego por a los órganos inter nos.
Hasta hace poco se conocía que el mal que mataba a los diablos de Tasmania era un cáncer pero no se sabía el origen de éste. Luego de varios estudios de investigadores de la Universidad Nacional de Australia se determinó que el cáncer se origina en las células de Schwann, que protegen las fibras periféricas nerviosas.
"Los diablos desarrollan tumores de diversos tipos y los marcadores genéticos que hemos identificado nos ayudan a diferenciar los de la enfermedad facial" añadió Woods quien participo en la investigación.
Este marsupial carnívoro se consideraba una amenaza para el ganado por lo cual fue blanco de cazadores hasta 1941, año en que el gobierno de Tasmania, estado de Australia, detuvo su extinción.
Ahora su sobrevivencia no depende de los cazadores sino del cáncer facial que podría poner fin a la existencia de este animal en los próximos 40 años. Este cáncer se caracteriza por la aparición de tumores en el hocico y en la cara los cuales se expanden luego por a los órganos inter nos.
Hasta hace poco se conocía que el mal que mataba a los diablos de Tasmania era un cáncer pero no se sabía el origen de éste. Luego de varios estudios de investigadores de la Universidad Nacional de Australia se determinó que el cáncer se origina en las células de Schwann, que protegen las fibras periféricas nerviosas.
"Los diablos desarrollan tumores de diversos tipos y los marcadores genéticos que hemos identificado nos ayudan a diferenciar los de la enfermedad facial" añadió Woods quien participo en la investigación.